Una absoluta oscuridad envuelve la selva desde hace tiempo.
Sus habitantes extrañan la luna y las estrellas pero, sobre todo,
el sol. Lejos de encontrar su cálida fuente de vida, los animales descubren la devastación y el pánico ante un inmenso fuego
que no se nombra. Denuncia
la destrucción de los pulmones del planeta a causa de los grandes incendios provocados por el cambio climático y la acción del ser humano. La autora, Fabiola Anchorena, plasmó la agonía
de la Amazonía, aunque podría ser cualquier bosque del mundo.
Toda la fauna -terrestre, acuática y voladora- se une en una causa común, «Esperando el amanecer». Un texto poético contrasta con la dureza de esta historia, cuya fuerza comunicativa recae principalmente en las ilustraciones: el formato de la doble página potencia el efecto cinematográfico.