Sara tiene sesenta y cinco años, es escritora y vive aislada en medio del bosque, en el Berguedà. Lleva veinte años sin hablar con su hijo José y eso le provoca un dolor tan profundo que le imposibilita amar. Un día en el bosque conoce a un lobo con el que parece que puede hablar y su vida da un vuelco. Empujada por la compañía y los consejos del animal, Sara decide contactar con su hijo. Pero recuperar la relación con él no será fácil, porque hay heridas del pasado que son muy difíciles -o imposibles- de cicatrizar.