Decir públicamente, por televisión, que estuvo a punto de
suicidarse provoca una reacción entre amigos y conocidos que
sorprende a Carme. Le llaman valiente. Ella cree que no lo es,
tan sólo tiene la necesidad de hablar con normalidad de la
enfermedad que sufrió durante un período de su vida y que ya
está superada. También descubre, gracias a confidencias en la
intimidad, que hay un montón de conocidos que sufren en
silencio la negrura que oscurece su existencia. Nadie habla
abiertamente y ella inicia un proceso de reflexión sobre su
relación con la depresión, los motivos de los pensamientos de
suicidio y el tránsito hacia la superación de la enfermedad.