Madrid, 1939-1945. Muchos luchan por salir adelante en una ciudad marcada por el hambre, la penuria y el estraperlo. Como Eloy, un joven tullido que trata de salvar de la pena de muerte a su hermano encarcelado; Alicia, taquillera en un cine que pierde su empleo por seguir su corazón; Basilio, profesor de universidad que afronta un proceso de depuración; el falangista Matías, que trafica con objetos requisados, o Valentín, capaz de cualquier vileza con tal de purgar su anterior militancia. Costureras, estudiantes, policías: vidas de personas comunes en tiempos extraordinarios. Castillos de fuego es una novela que encierra más verdad que muchos libros de Historia y que transmite el pulso de un tiempo en el que el miedo casi arrasa con la esperanza que, de forma natural, se abre camino entre la devastación.